Entrevista a la doctora Celina Bacigaluppi Babot

Entrevistamos a la doctora Celina Bacigaluppi Babot, responsable médico de la Clínica Dental SEDI en Toledo. Celina, como es conocida por sus pacientes, no es de esos profesionales de la odontología que quieran sacar punta a su ego, que tenga necesidades de admiración, es una persona cercana y entrañable que vive con intensidad su profesión de dentista: “La odontología, dada la importancia de la salud bucodental, debería estar incluida en la Seguridad Social. No lo está y es una pena, pero eso no debería implicar que, porque tengamos que desarrollar nuestra actividad de forma privada, no sigamos entendiéndola como una vocación, como un importante servicio a la comunidad. Yo no tengo clientes, tengo pacientes”. Suele repetir con frecuencia a lo largo de nuestra charla.

“Yo no tengo clientes, tengo pacientes”

¿Cómo surge tu vocación por la odontología?

Durante la pubertad tuve problemas de columna que me obligaron a llevar un corsé ortopédico. Esto vino acompañado de bastantes dosis de inseguridad. Te puedes imaginar, con el valor que le damos a la imagen en esos años… Recuerdo en la distancia sentimientos de soledad y desamparo, pero a la vez el inicio de esa vocación que me ha llevado a donde estoy: el profundo deseo de ayudar a los demás.

Después, por aquella época, tendría entre 14 o 15 años, también me viene a la memoria las visitas a la dentista Liliana Missana. Era una persona sabia, apasionada, tremendamente afable. Ella me solía preguntar que qué quería estudiar, yo le decía que quería ser médico o algo parecido, ella,  sonriente, comentaba: “nosotros los dentistas somos médicos de una parte muy chiquitita del cuerpo”. Unos años después volví a coincidir con ella, me dio clases de Anatomía Patológica en la facultad. Sí, desde luego que ella fue decisiva en mi decisión de estudiar odontología.

“Los dentistas somos médicos de una parte muy chiquitita del cuerpo”

¿Es fácil mantener esa vocación en el mundo actual?

Yo siempre he sido una persona decidida, he perseguido sin descanso mis sueños. Cuando estaba terminando la carrera en Argentina, mi marido recibió una oferta de trabajo irrechazable en España. Cuando llegamos me encontré con que no había convenios de colaboración académica entre nuestros países y que no podía terminar la carrera aquí. Decidí empezar desde cero en la Universidad Complutense. Creo que eso dice mucho de cómo vivo mi vocación.

¿Mantenerla en la actualidad…? La única forma es no concebirla sólo como un negocio. Evidentemente nosotros tenemos que vivir de esto, tenemos que pagar las facturas como todo el mundo a final de mes, pero si uno se centra exclusivamente en los aspectos comerciales de la profesión pierde aspectos clave que la dan sentido. Creo que no hay nada como ayudar a las personas a sentirse a gusto consigo mismas. Eso lo mueve todo. De ahí surge el eslogan de nuestra clínica: “nos mueve tu sonrisa”. Muestra nuestras principales creencias respecto a lo que hacemos.

“No hay nada como ayudar a las personas a sentirse a gusto consigo mismas”

¿Por qué es importante una odontología de calidad?

En la odontología de calidad lo más importante es el paciente. Este se merece la máxima consideración y respeto, se merece un tratamiento digno. “Implantes low cost” nunca puede ser compatible con eso. En la odontología de calidad prima la formación en técnicas de salud bucodental y la prevención. Entiende que hay que intentar procurar el menor daño al menor coste, sea este médico o económico.

“En la odontología de calidad lo más importante es el paciente”

¿Qué te parece centrar el servicio de odontología en la política de precios?

Recuerdo con desagrado el comentario de un colega dentista que decía: “debes mirar la boca de un cliente como una hucha”. “Implantes low cost…”. Vuelvo a decir lo mismo, lo importante no debe ser ganar dinero sino ayudar a los pacientes a mejorar su salud bucodental. Es inevitable que lo convirtamos en una profesión, pero eso no puede desembocar en una pérdida sistemática de nuestros valores. No creo que sólo sea un problema de nuestra dedicación, el mundo vive un momento de pérdida de valores, de mercantilización de la realidad. Hay que saber aguantar con firmeza y defender las convicciones sin contaminarse.

“El mundo vive un momento de pérdida de valores, de mercantilización de la realidad”

¿Cómo podemos humanizar la odontología?

Creo que la deshumanización comienza cuando no somos capaces de percibir la humanidad que habita en los otros, también, por supuesto, en nosotros mismos. Esto ocurre en las clínicas dentales de dos maneras: la mencionada deshumanización del profesional que lo reduce todo al dinero, pero también la que te prodiga el paciente que te percibe como un enemigo. Es triste encontrarte con esto. Por mi experiencia, la mayoría de los dentistas en Toledo, y otros lugares que conozco, tenemos un marcado deseo de ayuda y de servicio al público. Humanizar la odontología sólo puede originarse promoviendo un diálogo intenso y cercano entre dentista y paciente, para forjar una relación sólida y profundamente humana; una comunicación entre iguales basada en el respeto mutuo y el compromiso.

“La mayoría de los odontólogos mantenemos el deseo de ayuda y servicio al público”

¿Qué ventajas tiene la  prevención en odontología?

Ventajas, todas. Nosotros los dentistas tenemos bastante desgastado el dicho: “prevenir antes que curar”. Creo que, principalmente, hay dos formas irracionales de observar la odontología que alejan a pacientes de una clínica dental: el miedo al dentista y la negligencia de dejar pasar el tiempo por ahorrar dinero, por pereza… Los problemas bucodentales de hoy, sin control ni tratamientos, sólo pueden desembocar en graves problemas de salud mañana. Lo vemos con las caries y las periodontitis, los problemas odontológicos más extendidos. Al menos las caries suelen manifestarse a través del dolor; la enfermedad periodontal, la enfermedad de las encías, por el contrario, es un enemigo silencioso que suele mostrarse en estadios muy avanzados, provocando en muchos casos la pérdida prematura de piezas dentales y enfermedades sistémicas, enfermedades de todo el cuerpo. Sin ir más lejos, la periodontitis tiene una importante incidencia en la diabetes, las enfermedades del corazón, aumenta el riesgo de partos prematuros… Posponer la visita al dentista supone gastar más dinero y agravar los problemas de salud.

“Posponer la visita al dentista es gastar más dinero y sufrir trastornos más graves”

¿Con qué te quedas de estos años de profesión?, ¿qué cosas importantes has aprendido?

Déjame pensar… Desde luego me quedo con el aspecto más humano y personal de la odontología; el hecho de tratar con tantas personas te da la oportunidad de vivir otras vidas a través de las suyas. En los tratamientos más largos, o con aquellos pacientes que pasan revisiones todos los años, acabas generando muchos momentos de intimidad que te dan una panorámica amplia del ser humano. Me encanta esta parte de ser dentista, es la que más valoro….

¿Me preguntabas también qué he aprendido? Recuerdo momentos muy gratos, por ejemplo, alguna vez, cuando estaba terminando un tratamiento con alguno de mis pacientes y te dicen con una sonrisa “da pena que todo esto se vaya a acabar”. Hay aspectos duros de la práctica odontológica. La gente tiene una imagen errónea de los dentistas. Hoy en día nadie se hace rico con las clínicas dentales en Toledo ni en ningún lugar. Hay que trabajar muy duro; la continua guerra de precios, la imposibilidad, por convicción personal y profesional, de no reducir la calidad de los productos y tratamientos, ha mermado los márgenes de beneficio hasta límites casi insostenibles. La tensión es muy elevada pero… quedan esos momentos: la satisfacción de ver a tu paciente agradecido por lo que has hecho por él.

Entonces te das cuenta que todo ha merecido la pena, has aprendido que la mejor forma de ser feliz es dándote a los demás, generando vínculos con la gente. Ahí se esconde una profunda verdad que cuando entra en ti no te permite renunciar. Sí, es hermoso ser dentista.

“Es hermoso ser dentista”